Los enfoques de políticas públicas para atacar la pobreza en México. ¿Han hecho alguna diferencia? ¿Es la pobreza un "problema perverso"?
La investigación sobre los llamados “problemas perversos” (“wicked problems”) comenzó desde finales de los años sesenta en el campo de las políticas públicas. En términos generales, han sido vistos como problemas muy complejos y difíciles de enfrentar. Este trabajo tiene como objetivo discutir la pobreza como un caso de este tipo de problemas, utilizando el caso mexicano. La justicia social fue uno de los objetivos más importantes de la Revolución Mexicana de 1917 y ha sido un objetivo central de todos los gobiernos mexicanos desde entonces. Así, durante gran parte del siglo XX se establecieron instituciones y programas que han buscado atacar la pobreza extrema de distintas formas. A pesar de todos estos programas, a un siglo del final de la Revolución Mexicana, la pobreza y la desigualdad siguen siendo un rasgo característico del país. Es cierto que América Latina, incluido México, tuvo un "momento de igualdad" desde finales de la década de 1990 hasta principios de la década de 2010, durante el cual la pobreza y la desigualdad disminuyeron en la región. Sin embargo, América Latina continúa como un área geográfica con una alta desigualdad y México como uno de los países más desiguales del mundo, con alrededor de un quinto de su población en extrema pobreza y cerca de la mitad en pobreza moderada (de acuerdo una medición). Además, en los últimos años la desigualdad en este país y otros de la región parece haber comenzado a aumentar de nuevo. El objetivo de este trabajo es mostrar que la pobreza es un “problema perverso” de dos maneras: primero, mostrando que se han utilizado tres enfoques diferentes para atacar este problema, que involucran diversas concepciones del mismo, sus causas y soluciones; y segundo, describiendo los resultados insatisfactorios que ha tenido en México la aplicación de cualquiera de los enfoques.
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