No, no es normal. Discursos y prácticas tras los que se esconde la violencia política por razones de género en Jalisco

Tras los avances registrados como resultado de la aprobación e implementación de las reformas político electorales a nivel constitucional en materia de paridad entre los géneros que se dieron en México en el 2014, el número de mujeres en el Congreso del Jalisco registró el máximo de su historia. De los 20 distritos electorales disputados, en 8 ganaron mujeres y 9 de los 19 curules por Representación Proporcional (RP), fueron ocupados por mujeres. Así, la LXI Legislatura de Jalisco se integró con 17 diputadas y 22 diputados, en comparación con sólo 8 diputadas en las dos legislaturas anteriores. También fue el caso de las Diputadas Federales por Jalisco, que alcanzaron un total de 8. La mayor representación de mujeres en el Congreso dio como resultado, entre otras cosas, el surgimiento de nuevas reglas para la competencia electoral en el Estado a partir de los comicios 2018, que extendieron la paridad a todas las candidaturas a puestos de elección popular (diputaciones, senadurías, presidencias municipales, regidurías y sindicaturas). Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer en términos de la igualdad sustantiva en la política porque en la interacción cotidiana entre los hombres y mujeres involucrados en ella subyacen prácticas y discursos normalizados que violentan a las mujeres por su condición de género. Este artículo examina la convivencia cotidiana de hombres y mujeres en diversos escenarios políticos con el fin de identificar la amplia gama de acciones, prácticas y discursos que conforman la gama de violencia política contra las mujeres en Jalisco. Se hace uso de una metodología mixta en la que se recurre a la investigación documental, a entrevistas a profundidad y al análisis cuantitativo de dato,s en el contexto de los procesos internos para selección de candidatas a puestos de elección popular en Jalisco en los comicios de 2018, las campañas y los resultados electorales.

Ruth Elizabeth Prado Pérez /ITESO, Universidad Jesuíta de Guadalajara