La Teoría del Reconocimiento en el estudio del Urbanismo
La Teoría del Reconocimiento se puede considerar como una clave teórica que responda al individualismo de la sociedad posmoderna y al autoritarismo de las políticas publicas y urbanas actuales, para la formulación de políticas más autenticamente democráticas. Introducida por Hegel, en la Fenomenología del Espiritu, la Teoría del Reconocimiento ya ha sido aplicada a diferentes disciplinas, sin embargo, aún no ha sido aplicada a los estudios urbanos en materia de Proyecto Urbano. Según esta teoría, para afirmarse a sí mismo, para tomar conciencia de sí mismo, el yo tiene que reconocer al otro, atribuirle una subjetividad similar a la que se autorreconoce. Para lograr esto, es necesario renunciar a su propio ser “absoluto” (Ceraglioli, 2012). El término “reconocimiento” implica tres acciones: 1. conocer al otro; 2. respetarlo; 3. valorarlo. En otras palabras: 1. Aprehender el otro por la mente (distinguirlo, identificarlo, conocerlo); 2. Aceptar al otro, tenerlo por verdadero; 3. Confesar, mediante gratitud, que estamos en deuda con él (Ricoeur, 2005: 24). Reconocer al otro (conocerlo, respetarlo y valorarlo) incide en la construcción de su identidad y, consecuentemente, en la forma de cómo se autodefine y de cómo se relaciona consigo mismo y con los demás. Desconocerlo puede, entonces, destruir su conciencia de sí, su autoestima y su autonomía. Frente a esto, Charles Taylor (1992) subraya que el reconocimiento mutuo constituye una “necesidad humana vital”. No tomar en cuenta la visión de los ciudadanos dentro de las políticas públicas, como las políticas urbanas, por ejemplo, puede ser considerada como una forma de maltrato psicológico y sociocultural contra las personas, una forma de exclusión. Negar sistemáticamente a unos seres humanos la participación en un debate público y negar su participación en el proceso decisional, los hace significar a sí mismos como “niños”, “ciudadanos de segunda clase” (Taylor, 1992:39), incapaces de interpretar su realidad y actuar en ella eficazmente para la solución de problemas. De aquí, Honneth teoriza que la falta de reconocimiento afecta la autoestima y el honor de las personas, favoreciendo el desarrollo de actitudes destructivas y autodestructivas. Por esta razón, un reconocimiento adecuado de todos los miembros de una sociedad se puede lograr sólo en un orden institucionalizado de derechos que garantizan el reconocimiento mutuo (Honneth, 1997). El objetivo del presente trabajo es aplicar estas reflexiones a la planificación, la planeación y a la intervención urbana, para que tomen como punto de partida el reconocimiento de los que viven un determinado espacio urbano. Se considera que solo de esta forma una política urbana puede ser "exitosa".