Transparencia: ¿un panóptico deseable?

A partir de los procesos de transición de los regímenes autoritarios a los democráticos, la teoría y la práctica de la Transparencia y la Rendición de Cuentas, adquirieron relevancia como mecanismos capaces de conciliar intereses entre ciudadanos y gobernantes. Cabe cuestionarse si es posible una administración con paredes de cristal, si es deseable y si la aspiración de una sociedad transparente es una utopía. Ningún otro tema predomina tanto en el discurso público como el de la trasparencia, refiriéndose a la apertura en el flujo de información social, política y económica de las organizaciones; información accesible, certera y confiable. El problema de la transparencia surge porque las personas no tienen los mismos intereses, además de que resulta costoso para los ciudadanos monitorear permanentemente a sus gobernantes. Si el gobierno transparentara toda la información con el propósito de tomar decisiones conjuntas, se tornaría complicado; la gente vota en función de sus preferencias acerca de cada tema, dando lugar a la tiranía de la mayoría. Las proyectos sociales podrían resultar ineficientes y no equitativos, generando que gran parte de los ciudadanos los percibiera injustos, porque concentraría altos costos en una minoría aunque el proyecto haya sido aprobado por la mayoría. Toda sociedad con un sistema político requiere de jerarquía y diplomacia, la falta de transparencia mantiene, en ocasiones, funcionales los mecanismos. Es cuestión de analizar si la reducción de la política a la transparencia total no solo acabaría con los secretos, sino con la política misma. “El secreto no es ninguna dimensión diabólica, que en todo caso haya de eliminarse a favor de la Transparencia. Es una simbólica e, incluso, una especial técnica cultural, que engendra una profundidad, aunque sea como apariencia” (Han, 2013). Los espacios libres de acción no pueden sustituirse por mecanismos de control. Los ciudadanos deben demandar respuestas pero también creer en sus gobernantes, cuando los eligen con su voto les concede libertad en la toma de decisiones, otorgándoles la independencia necesaria para avanzar y no caer en el estancamiento.

Airée Coronado López /Airée Coronado